Balinés

Balinés

El gato balinés es un gato bonito y elegante, de tamaño mediano, con las mismas líneas estilizadas y esbeltas del siamés. El cuerpo es grácil y esbelto, la cabeza tiene un perfil recto y tiene grandes orejas, que pueden presentar mechones. Tiene un pelaje sedoso y vaporoso que puede medir de uno a varios centímetros de longitud y cae lacio sobre el cuerpo. La cola es larga y emplumada, con pelo mucho más largo que en el resto del cuerpo. El balinés no tiene un manto inferior lanoso, por lo que se clasifica oficialmente como «de pelo semilargo». Los ojos son de un tono azul brillante y de aire oriental por forma y disposición. El pelaje se caracteriza por mostrar el mismo color en orejas, cara, patas, pies y cola, con un morro como la que tienen los siameses. En EE. UU., los gatos de tipo balinés con manchas adicionales a las que se aceptan para los balineses se conocen como javaneses.

personalidad

El carácter del balinés es similar al del siamés, aunque algunos dueños creen que el balinés es un poco más tranquilo. Sin embargo, es probable que el balinés siga mostrándose algo extrovertido y demande la atención de sus compañeros humanos. Los balineses son muy maulladores y casi parecen hablar con sus dueños. Necesitan formar parte de la familia; su necesidad de atención significa que les gusta la compañía humana y que son adecuados para personas que no pasan fuera todo el día.

origen

El balinés es básicamente un siamés de pelo largo. Los balineses empezaron a verse a primeros del siglo XX y, al principio, los criadores regalaban sus gatitos de pelo largo. Tras la Segunda Guerra Mundial, se desarrolló la raza, que recibió originalmente el nombre de «siamés de pelo largo», pero pasó a llamarse «balinés» por la similitud de los gatos con las elegantes bailarinas de los templos del Lejano Oriente. En 1961 se reconoció la raza balinesa en Estados Unidos, pero no se importó a Europa hasta mediados de los setenta.